Película de 1952 dirigida por Jean Negulesco. Un hombre abandona a su mujer tras descubrir que le estaba engañando y coge un vuelo a otra parte del país. Durante el viaje comparte mucho tiempo con tres personas más que, debido a tener una parada intermedia debido al mal tiempo, acaban dándose sus datos de contacto para repetir el encuentro. Pero finalmente el avión se estrella y él queda como uno de los pocos supervivientes, decidiendo visitar a los familiares de sus tres amigos para transmitirles sus últimos pensamientos.
Sólido drama de Negulesco con dos mitades diferenciadas: una de presentación de los personajes principales y otra más previsible sobre la reacción del abogado ante el siniestro. La primera es más original y tiene mucha más fuerza en todos los aspectos, mostrando al espectador los cuatro personajes principales y los lazos que se crean entre ellos. En la segunda, ya se pueden adivinar los pasos que seguirá el protagonista aunque para nada lo que se va encontrando. Funciona bien gracias al espléndido guión de Nunnally Johnson y I.A.R.Wylie, la buena dirección de Negulesco (sobresalen las escenas con dificultad técnica) y las interpretaciones de todo el grupo de actores que, además, muestran mucha química entre ellos: Shelley Winters, Gary Merril, Bette Davis, Michael Rennie y Keenan Wynn. Cuenta además con una bonita y eficiente fotografía de Milton R. Krasner. Un punto débil es el final, pues la narración fluye con intensidad y a buen ritmo aunque sin prisas, pero parece que se les agotaba el tiempo y tenían que cerrar rápidamente la historia.
Buen y poco conocido drama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario