Película de 1956 dirigida por Fritz Lang. Una joven aparece
asesinada y llama la atención de un magnate de la prensa que quiere hacer de
esta noticia un filón. Pero fallece y su inexperto hijo se hace cargo del
imperio, aunque mantiene el énfasis en el caso. Incluso reta a los directores
de las tres divisiones principales para que hagan méritos y ambicionen un nuevo
puesto que ha creado. Mientras tanto, un prestigioso colaborador ayudará a la
policía en su investigación a la par que favorecerá a uno de sus amigos en la
carrera.
Interesante thriller del maestro Lang que mezcla dos
historias de distinta naturaleza: una investigación policial sobre un asesino
en serie y la guerra de poder que mueve la clásica ambición humana. Por supuesto
que en ninguna de ellas puede faltar la mujer fatal, teniendo las féminas aquí
un papel más relevante del habitual al ser las víctimas del asesino. Esto hace que ninguna de las dos facetas esté
explotada del todo aunque el resultado sea bastante bueno en general gracias a la buena dirección de Lang. Tiene un
buen arranque que hace que el espectador ansíe más la parte policial que la
otra, sin embargo el guión de Casey Robinson basado en la novela de Charles Einstein y, especialmente, el atractivo reparto acaba
compensando ambas historias. Y es que cuenta con actores de la talla de Dana
Andrews, George Sanders, Thomas Mitchell, Vincent Price, Ida Lupino, Rhonda
Fleming, Howard Duff, etc., todos ellos estupendos.
Buen cine negro.
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