Película de 1966 dirigida por Charles Walters. Un ejecutivo inglés llega a Japón en viaje de negocios dos días antes de lo esperado y se encuentra que es imposible encontrar una habitación libre porque se están celebrando las olimpiadas. En la Embajada encuentra un anuncio para compartir piso y se dirige allí decidido a quedarse. La joven que allí reside se niega al principio a convivir con un hombre, pero acaba aceptando. Lo que no puede imaginar es que al día siguiente el inglés trae a un joven americano para quedarse también.
Remake de El amor llamó dos veces,Walters rueda una comedia romántica que supuso la despedida cinematográfica del enorme Cary Grant. No ha envejecido bien porque la sociedad ha cambiado mucho en los casi 50 años que han pasado y lo que era un escándalo hoy ya es algo corriente. Aún así tiene momentos divertidos y conserva el encanto que, especialmente, le dan su protagonista y la simpática banda sonora de dos maestros: Quincy Jones y Henry Mancini. Los otros actores hacen un buen coro para el genial Grant, destacando Samantha Eggar y Jim Hutton, siendo el guión Sol Saks el que ha sufrido más el envejecimiento. Tiene algunos momentos de enredo pero se centra en explotar el lado cómico del protagonista para sacar la sonrisa al espectador, valiendo la pena verla aunque fuera sólo por ello.
Divertida y sencilla comedia.
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