Película de 1967 dirigida por Stanley Donen. Una pareja anglosajona viaja a Francia donde se hace notable la crisis que sufre su matrimonio. Intentando analizar la situación comienzan a recordar los diferentes viajes que hicieron a este país, incluyendo el que sirvió para conocerse, y repasan los momentos felices, anécdotas y peleas que tuvieron.
Donen realiza una cuidada metáfora sobre la vida y, especialmente, el matrimonio y el amor con una compleja pero interesante y eficaz estructura narrativa. Muestra, con una equilibrada mezcla de romanticismo, drama y comedia, las diferentes etapas por la que pasan los protagonistas: amor pasional, diversión, distanciamiento, rutina, infidelidades, escasez económica, éxito profesional, discusiones y entendimiento. Además de la dirección sus pilares son el buen guión de Frederic Raphael y las magníficas interpretaciones de sus protagonistas, los inmensos Audrey Hepburn y Albert Finney. Destacan también el acertado montaje y la bella banda sonora de Henry Mancini. Es muy interesante la estructura de historias paralelas que utiliza donde los acontecimientos sólo los separa el tiempo, y el hecho de ser una road movie que incide aún más en el paso del tiempo. Todo esto hace que se trate de una cinta que vale la pena ver aunque, por otro lado, no ha envejecido bien del todo y en algunos momentos se queda en el tópico.
Buen drama romántico.
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