Película de 2002 dirigida por Rob Bowman. Un chico visita a su madre en unos túneles que construye cuando encuentran en ellos un gran dragón que escapa causando muchas muertes a su paso. Pasan los años y, debido a la rapidez con que se reproducen y su voracidad, la Tierra está dominada por los dragones. Los humanos que quedan malviven en refugios, como el liderado por el joven que resurgir al primero. Allí reciben la visita de un grupo de soldados que va en busca del macho, pues piensan que es único y que su eliminación será clave para derrotarlos.
Cinta dirigida a un público infantil-juvenil sobre dragones pero con una perspectiva apocalíptica para el hombre. Este último aspecto y la estética que utiliza recuerda a películas como Mad Max o Waterworld, pero con el añadido fantástico de los dragones que a buen seguro contenta a muchos chicos. El argumento es un sinsentido y, lo que es peor, intentan explicarlo de una manera razonada y científica haciéndolo aún más absurdo, en vez de centrarse en (simplemente) contar una historia que sea entretenida y sólida, aunque sea basándose en premisas fantásticas. No obstante, tiene unos buenos efectos especiales y alguna escena llamativa, además de las aventuras contra los dragones, lo que es suficiente para hacer pasar un buen rato a su público objetivo. Cuenta con tres actores jóvenes que han ido triunfando aunque con distinta fortuna: Christian Bale, Matthew McConaughey y Gerard Butler. Tal vez el problema se deba a que Bowman ha centrado su carrera en series de TV y no encuentra suficiente tiempo en dos horas para desarrollar debidamente una historia.
Para jóvenes y aficionados a los dragones.
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