Película de 2004 dirigida por Nicole Kassell. Un hombre sale de prisión tras más de una década por abusos sexuales a menores e intenta reinsertarse. Su hermana rechaza cualquier contacto y sólo le queda su trabajo y las terapias con un psicólogo para intentar llevar una vida normal. Pero él mismo no está seguro si podrá llevarla o volverá a reincidir. Afortunadamente, encuentra a una mujer que está dispuesta a acompañarle y ayudarle para seguir adelante.
Debut en la gran pantalla de la joven Kassell con una historia muy delicada al tratar de un pederasta. Ella misma coescribe el guión e intenta no ofrecer una postura exagerada sobre el asunto sino que, más bien, aborda el tema mostrando una pequeña parte del drama, de forma que no se ceba con algo tan extremadamente duro, y deja que el espectador reflexione y llegue a sus propias conclusiones. A pesar de ello, el espectador puede tender a sentir cierta empatía hacia el protagonista hasta que recuerda lo absolutamente imperdonable que fue su falta y hasta qué punto puede reincidir. Y lo cierto es que este tipo abominable de delitos son imperdonables y, además, los monstruos tienden a reincidir, haciendo que la reinserción sea una utopía. Independientemente de posturas morales y éticas, se trata de un buen drama con un gran trabajo de Kevin Bacon.
Buena película sobre un tema durísimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario