Película de 1961 dirigida por J. Lee Thompson. Un pequeño grupo de militares de élite en determinadas áreas es reunido para mandarlos a una peligrosa pero estratégica misión: destruir los cañones de Navarone. Con ellos los nazis controlan la entrada al mar Egeo, al que los aliados necesitan entran para ayudar a varios miles de soldados que se han quedado aislados. Para conseguirlo se apoyarán en la resistencia local pero pronto descubren que los alemanes siempre parecen saber lo que van a hacer, añadiendo más dificultad aún a la misión.
Clásico del cine bélico por méritos propios pues aún hoy en día sigue siendo muy entretenida además de atesorar una buena calidad. Está rodada con el aire clásico de este tipo de películas de la época, es decir, que se le da una perspectiva más heroica y épica que en la actualidad, reduciendo el realismo pero haciendo más liviano el sufrimiento a los espectadores más sensibles. Está basada en la novela homónima de Alistair MacLean, quien participó durante años en la II Guerra Mundial, narrando las muchas aventuras a las que tienen que enfrentarse el grupo de protagonistas, formado por estupendos personajes muy variopintos. Además, están interpretados por actores míticos como Gregory Peck, David Niven y Anthony Quinn, y otros de la talla de Richard Harris, Anthony Quayle, Stanley Baker, Irene Papas,... Tiene unas buenas localizaciones y llamativos efectos especiales para la época. Apenas tiene momentos tranquilos pues la acción y el suspense es continuo, haciendo que las dos horas y media que dura pasen rápidamente.
Muy buena.
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