Película de 2016 dirigida por Scott Derrickson. El Dr. Stephen Strange es un neurocirujano que vive en la cima del mundo hasta que un desgraciado accidente lo hace aterrizar de golpe a la superficie. Casualmente descubre que en las montañas del Himalaya hay un pequeño lugar, como un templo, donde pueden ayudarle a superar sus problemas. Allí descubre que realmente se trata de una especie de secta que hace de guardián para proteger a la humanidad de enemigos muy poderosos procedentes de otros mundos, y que unos rebeldes están intentando destruirla.
Nuevo superhéroe de la Marvel que salta a la gran pantalla aunque es menos conocido que muchos de sus compañeros de productora. Cuenta el inicio de su protagonista y cómo adquiere sus poderes para luchar con el mal. No es cine infantil aunque es apta para todos los públicos (algunas escenas son violentas y no adecuadas para los más peques) pues la historia y el personaje son más complicados de lo habitual. El tratamiento visual es brillante, la composición de imágenes y el desarrollo de la acción por ellas es espectacular, comparable sólo a un puñado de cintas como la fantástica Origen. Hay un gran derroche de imaginación, muchísima calidad técnica y un protagonista de lujo como Benedict Cumberbatch (imposible encontrar a alguien que encaje mejor en este enigmático papel). Derrickson controla bien el surrealismo de muchos pasajes y lo pone a disposición de la interesante historia que cuenta, haciendo que por momentos sea completamente hipnótica. Incluye notas de humor "marca de la casa" que rompen bien la seriedad de la trama.
Muy buena.
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