Película de 1986 dirigida por David Lynch. Un joven toma un atajo en la ciudad pasando por una zona ajardinada y se encuentra una oreja humana. La lleva a la policía y él mismo empieza a investigar el origen de la misma, que le conduce hasta un club nocturno y una cantante que tiene una extraña relación con un hombre peculiar. Casi sin darse cuenta, se verá mezclado en la peligrosa intriga que les envuelve.
Lynch escribe y dirige un thriller enigmático que tiene su carismática huella de principio a fin. La trama es interesante y la puesta en escena es muy buena, dotando a la acción de una atmósfera fascinante y un ritmo metódico muy estudiado. El comportamiento de los personajes es muy extraño a veces y es lo que rompe la credibilidad de la historia, pues por lo demás el guión es bastante bueno. Técnicamente es espléndida y su forma narrar y el tratamiento visual y musical es fascinante. Tiene un reparto con actores de la talla de Dennis Hopper, Laura Dern e Isabella Rossellini aunque el protagonismo es para el joven y algo desigual Kyle MacLachlan, Si se omiten esas extrañezas surrealistas y que aportan ese grado onírico buscado por el director, estamos ante un gran thriller.
Buena.
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