Película de 1968 dirigida por Blake Edwards. Durante el rodaje de una película un actor hindú provoca numerosos problemas de forma que el director le pide al productor de Hollywood que lo aparte del mundo del cine. Pero al tomar nota de su nombre lo que hace es añadirlo a la lista de invitados que va a dar en su casa, sin imaginar las consecuencias de ello.
Cinta coescrita por el propio Edwards y rodada enteramente en el interior de una gran casa salvo los minutos iniciales. Es una comedia pura que recuerda, en general, a la época muda e incluso tiene una escena de muchos minutos donde no hay diálogos. Todo el humor se basa en situaciones disparatadas pero el final es un lío total, al puro estilo de las screwball comedies. Edwards dirige una sucesión de gags con su actor fetiche creando una nueva comedia basada en lo absurdo y los infortunios, un poco al estilo de las colaboraciones entre ambos. Peter Sellers está magnífico y es recomendable ver la versión original para apreciar el acento hindú que utiliza. El resultado es una simpática comedia que hace reír hasta llorar a los aficionados a este tipo de humor y que no gustará a los que no lo soportan.
Simpática.
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