miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cumbres borrascosas

Drama romántico de 1939 dirigido por el maestro William Wyler. Cuenta la tortuosa historia de amor que nace desde niños entre dos personas de muy diferente clase social. Esas diferencias junto con el carácter egoísta y volátil de ella hacen que la relación se mueva entre el amor más profundo y el odio que reclama venganza.
Basado en la clásica novela de Emily Bronte, Ben Hecht y Charles MacArthur crean un guión no demasiado fiel al texto. Tiene un argumento interesante que explota la relación de amor y odio que se genera entre Heathcliff y Kate, pero se desarrolla de manera irregular, conteniendo partes muy dignas frente a otras que son absolutamente ridículas y que no hay quien se las crea al tener unos diálogos excesivamente cursis y absurdos. Es precisamente por este último aspecto por lo que habiendo visto un cuarto de la cinta dan ganas de dejarla, pero la película mejora notablemente hasta que nos acercamos al final y vuelve a caer en otras escenas demasiado artificiales. Y es que la fuerza de la historia radica en la pasión que sienten los protagonistas entre sí, y que les atrae a pesar de lo que los separa (especialmente para ella); y si cuando están juntos se intercambian frases ridículas que sólo enfrían y distancian la situación, se le quita todo el sentido a la trama. Es el buen hacer del genial Wyler el que salva la película, pues este guión en manos de otro director hubiera acabado en un producto no apto para diabéticos (y para nadie en general). Le aporta un ritmo adecuado y, como siempre, busca la perfección en cada toma. Entre el reparto destaca Lawrence Olivier, especialmente durante la segunda mitad cuando encarna un carácter que borda maravillosamente. También señalar la presencia de un joven y sin bigote David Niven, que le da mucha dignidad a su papel a pesar de no ser uno de sus mejores trabajos. La protagonista, Merle Oberon, también hace una buena interpretación, llegando a ser odiosa. Por último destacar la bella banda sonora de Alfred Newman.
Apasionada historia de buena calidad aunque con algunos momentos de flaqueza.

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