Thriller de 1948 dirigido por John Farrow. Un famoso editor de periódicos comete un crimen pasional y trata de incriminar a otra persona. Para descubrirla públicamente, encarga al responsable de su periódico de casos policíacos y criminales que lo persiga, sin sospechar que éste es la persona a la que quiere cazar. Como es lógico, este falso culpable tratará de desenmascarar la verdad.
Conseguida película de intriga, muy del estilo de Hitchcock (falso culpable que lucha por defender su inocencia) pero sin alcanzar el nivel del maestro. El guión de Jonathan Latimer está basado en la estupenda novela homónima de Kenneth Fearing, e hilvana estupendamente una historia de intriga donde el perseguido está a cargo de la búsqueda. El hecho del falso culpable ya crea emoción, por lo que añadir la tensión que supone que él se busque a sí mismo hace que sea muy interesante. Esa intriga y tensión va en aumento conforme se estrecha el cerco al protagonista, hasta el magnífico desenlace final. Estupenda trama. La pena es que carece de ritmo hasta que se inicia la búsqueda, bajando la atención prestada por el espectador. Tampoco ayuda la interpretación de Ray Milland en esta primera parte, pues parece un poco soso y le falta gancho. Sólo la anima la ensombradora presencia de Charles Laughton, aunque está lejos de sus mejores interpretaciones. Entre el reparto sobresale la actuación de una brillante Elsa Manchester, encarnando a una encantadora y extravagante pintora . En 1987 Roger Donaldson dirigió un entretenido remake con Gene Hackman y Kevin Costner (No hay salida).
Entretenida y buena película de intriga con aires de cine negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario