Sin duda, la más floja de las primeras seis películas sobre Harry Potter. Tiene todos los ingredientes de las anteriores, pero no tiene ni su fluidez ni su atención a la trama real. El guión de Steve Kloves es, en buena medida, el culpable debido a la horrible adaptación del libro. Deja a un lado o le presta poca atención a lo más importante: la guerra (las batallas) con los mortífagos y las investigaciones sobre dos elementos cruciales en la trama de la saga (los horrocruxes) y de la película (el misterio de la identidad del príncipe mestizo). Parece que interesan mucho más las hormonas adolescentes, pero que con sólo alguna inclusión cómica hubiera sido suficiente. Tras la película anterior, uno lo que espera es una lucha abierta y una persecución intensa de Voldemort. Sin embargo, Yates produce un enorme bajón en el ritmo y realiza una película de transición a las esperadas dos últimas obras (procedentes del último libro). Daniel Radcliffe nos da muestras de que, conforme se va haciendo mayor, parece tener menos dotes interpretativas. En el lado positivo tenemos un buen equipo técnico (fotografía, efectos visuales y sonoros, dirección artística...) y algunos actores secundarios excelentes (Alan Rickman, Jim Broadbent, Maggie Smith, Helena Bonham Carter, Julie Walters,...).
Sólo para los incondicionales de la saga.
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