Tras la estupenda saga Bourne, Greengrass vuelve a dirigir a Matt Damon en otra vibrante historia. Utiliza su característica agilidad y movilidad de cámara para transmitirnos más acción y tensión, haciéndonos correr, agacharnos, mirar hacia atrás, etc. También firma el guión que se basa en el libro de Rajiv Chandrasekaran, y hay que aclarar que es ficción, pues aunque da una hipótesis bastante simplista, su estilo de rodaje nos hace creer que es verdad. Desarrolla la trama con ritmo y con una cuidada escenografía que recrea estupendamente el Iraq resultante tras varios días de invasión. El final es algo previsible y la trama busca responder al porqué de la invasión con una hipótesis bastante extendida y socialmente correcta que asume que fue una mera excusa para dar el paso que muchos países (políticos y lobbies empresariales) querían. Matt Damon vuelve a demostrar que es uno de los mejores, por no decir el mejor, actor de su generación. En esta ocasión le acompañan buenos secundarios como Greg Kinnear y Brendan Gleeson.
Enérgica y frenética película que se mueve entre el género bélico y el thriller político.
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