Jackson y su equipo mantienen la consistencia en esta entrega, incluso mejoran algunos aspectos técnicos. Es la más vibrante y espectacular de todas, con varios momentos cumbre que parecen suponer el fin, cuando la aventura aún continua para gozo del espectador. La batalla de Minas Tirith es impresionante, estructurada en varios episodios y llena de detalles. Los movimientos de cámara son vertiginosos e imprimen más ritmo si cabe a la acción. Pero lo importante siguen siendo los valores que transmite, siendo el trabajo en equipo, la amistad, el esfuerzo y la confianza lo que pueden dar una oportunidad a que todo acabe felizmente. Aunque son muchos (casi todos) los aspectos de la película que merecen ser destacados, especial mención se merecen los autores del guión: Peter Jackson, Frances Walsh y Philippa Boyens. Han conseguido hacer un guión cinematográfico de unos libros complejos llenos de personajes y seres variopintos. Y lo más difícil, captando la esencia y la magia de la obra, gracias a la admiración y respeto que sienten por Tolkien y su historia. Sólo se hecha en falta un episodio, el referente a Tom Bombadil, pero se entiende que lo dejaran fuera al tratarse de algo aislado (pero incluso así, le dedicaron un pequeño homenaje en la segunda película).
Brillante y espectacular. Todo un placer para el espectador.
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