Película de 1995 dirigida por Robert Rodríguez. Dos ladrones de bancos en Texas matan a diversos agentes y civiles y, para atravesar la frontera, coaccionan a una familia para ir en su caravana. Al otro lado han quedado en una taberna con un mafioso que le procurará refugio.
Tarantino encontró su alma gemela en Robert Rodríguez, por lo que cogieron un antiguo guión del primero para que el segundo la dirigiera. Tiene dos mitades claramente diferenciadas: un thriller policíaco y un terror vampiresco gore. La primera tiene la huella inconfundible de Tarantino: violencia, largos diálogos sobre temas intranscendentes, criminales sin escrúpulos con algún tarado entre ellos, etc. Está bien rodada, crea tensión y suspense, estupendamente interpretada (Tarantino aparte) y entretenida. Abruptamente se convierte en un episodio sangriento (con todo tipo de fluidos y vísceras), con muchos efectos especiales y sin nada que contar salvo que parece una fiesta para los autores de la cinta. Es una pena porque tras un buen comienzo se le queda al espectador un mal sabor de boca.
Un buen comienzo y una tonta segunda mitad.
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