domingo, 15 de enero de 2012

El asesino anda suelto


Película de 1956 dirigida por Budd Boetticher. Unos ladrones atracan un banco y consiguen escapar. La policía sospecha que tenían un infiltrado dentro, por lo que van a interrogar a un empleado. Éste se atrinchera en su vivienda y deben entrar por la fuerza, matando a la esposa del sospechoso. Es juzgado y condenado, pero jura vengarse del policía que mato a su amada.
Boetticher dirige esta humilde cinta policíaca que no sólo nos muestra un robo, la condena y posterior huida del criminal, sino que se adentra en los motivos que pueden empujar a una persona a cometer ciertos actos. Básicamente es la historia de una venganza de un hombre que siempre ha sido objeto de burlas, encarnado muy bien por Wendell Corey. El director se centra en la historia, bien planteada y desarrollada gracias al guión de Hawkins y Medford, descuidando a veces aspectos como la dirección artística, teniendo normalmente escenarios excesivamente simples. También destaca la fotografía de Lucien Ballard, muy clara y expresiva. Entre los intérpretes, además del mecionado Corey brillan Rhonda Fleming y Joseph Cotten, aunque algo alejado de sus mejores registros.
Buena historia policíaca.

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