Película de 1989 dirigida por Phillip Noyce. Una pareja decide hacer un viaje en su barco para intentar superar el fallecimiento de su pequeño hijo. Todo va bien hasta que se encuentran con un naúfrago que viene de un barco hundiéndose. Explica que hubo una intoxicación alimentaria y murieron todos los que estaban a bordo. El marido no se fía de él y decide ir a descubrir lo que realmente ocurrió.
Entretenido thriller australiano de gran éxito y que lanzó tanto a los actores como al director a Hollywood. Noyce construye hábilmente una trama de suspense, jugando con la soledad y tensión que genera la soledad en alta mar. Prácticamente hay sólo 3 intérpretes, pero hace que los barcos, el perro y hasta el tiempo sean personajes de la trama, y siendo más que suficientes para crear una cinta que produce angustia en el espectador. Sin embargo, es relativamente predecible y hay ciertos aspectos del guión que se los podía haber ahorrado. Los tres protagonistas están bien, aunque Sam Neill sobresale respecto Nicole Kidman y Billy Zane.
Interesante thriller marino.
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