Magnífica película de 1956 dirigida por Budd Boetticher. Un hombre cabalga en busca de los siete asaltantes a un cargamento de oro y que asesinaron a una mujer. Además del peligro que supone de por sí, parece que los indios de la zona se están reagrupando para atacar. Por el camino encuentra una pareja en un carro que también le necesitan.
Boetticher se movía en su terreno cuando rodaba un western, y esta cinta es muestra de ello. Se trata de una historia bastante típica de este género: robos, venganza, indios, etc; pero lo calidad con que está hecha la hace diferenciarse del montón. Destaca en numerosos aspectos: la bella banda sonora de Henry Vars, la fotografía de William Clothier, los actores, el guión de Burt Kennedy y la dirección de Boetticher. La trama es relativamente típica pero está bien construida y desarrollada, con buenos diálogos. Entre las interpretaciones, brillan un soberbio Randolph Scott y un gran Lee Marvin , pero todo el reparto está a la altura. La dirección es sobria, calmada pero muy directa y centrada en la historia, consiguiendo que sea creíble y entretenida.
Un gran western.
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