Película de 2010 dirigida por Paul Haggis. Un matrimonio vive feliz con su hijo pequeño hasta que un día acusan y luego condenan a la chica a cadena perpetua por asesinato. A pesar de los distintos recursos, las pruebas van en su contra y su futuro queda ligado a la cárcel de por vida. Pero el marido no se resiste a vivir sin ella y planea sacarla de prisión y huir con el pequeño del país.
Remake de una reciente película francesa dirigida por Fred Cavayé sobre un hombre de clase media que vive una vida normal y que planea un golpe especial para sacar a su mujer de la cárcel tras haber sido condenada injustamente. El argumento de por sí es ya algo increíble, pero su planteamiento y desarrollo lo muestran absolutamente inverosímil, lo cual lastra en buena medida la historia, que no termina de calar en el espectador. Superficialmente y sin querer pensar mucho en lo que se está viendo, es entretenida y la aventura y tortura del protagonista funcionan bien, aunque le sobran algunos minutos para encajar mejor con el tipo de cinta palomitera que es. Tiene a un protagonista absoluto, un apropiado Russell Crowe que se le ve algo envejecido conformen pasan los minutos, y le acompañan una limitada Elizabeth Banks, un estupendo Brian Dennehy y Liam Neeson con una breve aparición.
Cine palomitero 100%.
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