Película de 1992 dirigida por Stephen Herek. Un joven y ambicioso abogado es condenado a servicios sociales por conducir ebrio. Su jefe le fuerza a hacerlos en vez de buscar recursos para evitarlos con el objetivo de que aprenda a jugar limpio, pues suele utilizar todo tipo de artimañas. Aunque empieza con desgana, pronto se motivará al ver que se enfrenta a su equipo de cuando era niño y que puede hacer mejorar al equipo, a pesar de que los chicos no son nada fáciles.
Clásica producción de Disney en que une un equipo de niños nada fáciles que siempre pierden con un entrenador ambicioso y acostumbrado a hacer trampas para que todo cambie y sirva de fábula al espectador. Es decir, que es poco original y previsible, pero también es bienintencionada, entretenida y simpática. El tipo de gracietas está muy dirigida a los más pequeños sin haber intentado utilizar un poco más de ingenio en el guión, lo cual los adultos echarán de menos. Entre esas gracias y las aventuras que vive el equipo, el público infantil disfrutará viéndola, quedando los adultos un poco indiferentes puesto que también les entretiene a pesar de las bromas tontas que suele utilizar. Tuvo éxito como para tener secuela. El protagonista es un decente Emilio Estévez.
Simpática cinta familiar.
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