martes, 21 de mayo de 2013
No serás un extraño
Película de 1955 dirigida por Stanley Kramer. Un humilde estudiante de medicina tiene una vocación casi enfermiza por la profesión, lo que le hace buscar una solución desesperada cuando la universidad le exige el pago de las clases con la amenaza de expulsarlo. Tras intentar diversas soluciones ve como única salida casarse con una enfermera que se siente atraída por él y que sabe que tiene dinero ahorrado. Su mejor amigo pretende sacarlo del error de casarse por un poco de dinero pero él hará cualquier cosa por conseguir su meta. Al acabar la carrera el matrimonio se va a un pequeño pueblo para ayudar al médico local y todo va bien hasta que aparece una mujer fatal.
Tras una brillante carrera como productor, Kramer decidió pasar a la dirección para tratar temas sociales delicados como la avaricia, el racismo, la guerra, etc. Empezó de forma más suave con esta cinta sobre el egoísmo y la medicina (más bien los médicos y su vocación para serlos) para luego afrontar asuntos más complejos. El guión es del propio Kramer que adapta la novela de Morton Thompson, con un buen argumento pero faltándole algo de más calado en su desarrollo. Da una visión dura pero creo que bastante realista sobre las distorsionadas vocaciones de los médicos así como su forma de practicar su profesión. La parte médica la resuelve bien, salvo algún pequeño lapsus, resultando creíble, no así los decorados que son excesivamente simples. El estilo de dirección es elegante pero le falta algo de contundencia y crear el o los clímax de la historia de forma adecuada. Cuenta con un reparto estelar, desde el protagonista Robert Mitchum en una de sus actuaciones más rígidas y poco acertadas hasta la enorme Oliva de Havilland que demuestra una vez más su talento, pasando por los estupendos Frank Sinatra, Gloria Grahame, Charles Bickford y un joven Lee Marvin.
Buen drama sobre el mundo de la medicina.
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