El lado bueno de las cosas

Película de 2012 dirigida por David O. Russell. Un joven regresa a casa de sus padres tras haber sido internado en un psiquiátrico por una agresión muy violenta al amante de su mujer. Su obsesión es volver con su esposa a pesar de tener una orden de alejamiento, por lo que quiere demostrarle que ha cambiado, que se cuida físicamente y es más amable. Con ese objetivo empieza a tener una relación de amistad con una chica que ve de vez en cuando a su esposa, empezando entre ellos un vínculo especial al haber estado ella también bajo tratamiento al perder a su marido en un trágico accidente.
Russell escribe y dirige la adaptación de la novela homónima de Matthew Quick (que supuso su debut) y que es difícil encasillar en ningún género, pues se trata de una historia romántica con un fondo dramático importante pero con una peculiar perspectiva cómica. Ello la hace distinta a las habituales cintas románticas y que al principio el espectador quede un poco desconcertado, aunque conforme se acerca el final se va haciendo cada vez más previsible. Destacan dos aspectos: el guión con unos personajes interesantes y unos diálogos ingeniosos, y las interpretaciones de los actores principales. En cuanto al primero, Russell sabe retratar una familia con problemas debido a un trastorno de un hijo adulto y por contra hacerlo con sentido del humor para hacerlo más digerible. Lo hace a través de situaciones y personajes absurdos que contrastan con la realidad del drama que subyace. En cuanto a las actuaciones, realizan un buen trabajo la pareja protagonista, Bradley Cooper y Jennifer Lawrence, respaldados por secundarios de la talla de Robert de Niro, Chris Tucker, Jacki Weaver, etc. Sus trabajos y el drama de fondo hacen que la historia sea muy real y cruda, aunque esas situaciones comentadas que la edulcoran le restan mucha credibilidad. Al final puede quedarse en terreno de nadie puesto que el espectador no la recordará como una película romántica entrañable, tampoco como una comedia brillante y menos como un drama realista.
Original y fresca (de más a menos conforme avanza) aunque sobrevalorada.