miércoles, 30 de julio de 2014

El último tren de Gun Hill


Película de John Sturges dirigida por 1959. Un par de vaqueros atacan a una india y su hijo pero éste escapa con uno de los caballos de los pistoleros hasta el pueblo donde su padre es el sheriff. Acude en su ayuda pero ya es tarde y sólo encuentra el cadáver de la mujer.  Está decidido a encontrar a los culpables gracias a dos importantes pistas: la peculiar silla del caballo y la herida en la cara que le hizo su esposa a uno de ellos. Sabe quién es el propietario de la silla, un poderoso ranchero, y se la lleva para que identifique a los culpables, pero no sospecha que se trata de su propio hijo y que hará lo posible para protegerlo.
Magnífico western que derrocha calidad por su historia, dirección e interpretación.  Tiene un buen guión de James Poe con unos espléndidos personajes de gran carácter y que desarrolla hábilmente una sencilla trama de venganza pero dentro de la ley. El peso de la cinta recae sobre el gran Kirk Douglas que aprovecha la oportunidad para hacer un excelente trabajo y elevar la calidad de la película a un alto nivel.  Le da la réplica otro actor de altura con el que ya había realizado alguna memorable colaboración tres años antes, Anthony Quinn, quien también está a esa altura. El director sabe darle el tiempo y tensión necesaria para que el espectador quede enganchado a la acción hasta el minuto final completando una película apasionante.

Gran película del oeste.

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