El maestro Eastwood quiso con esta cinta meterse en el terreno de lo sobrenatural y la búsqueda de lo que hay tras la muerte. Comienza de una manera sobrecogedora y espectacular, y va desarrollando tres historias paralelas con protagonistas que tienen alguna experiencia con la muerte. Son muy distintas, una de ellas bastante dura y triste con el añadido de afectar a un niño. Eastwood rueda con mano firme y muy directa el drama que viven estas tres personas, consiguiendo atrapar al espectador cada vez más conforme van avanzando las historias. Nos hace reflexionar sobre la muerte y acompaña las imágenes con una estupenda banda sonora compuesta por él mismo. Entre el grupo de actores destacan los hermanos McLaren y el siempre solvente Matt Damon.No es tan profunda y de tanta calidad como la mayoría de sus obras, pues es algo irregular, pero aún así vale la pena.
Interesante reflexión con tres perspectivas de la muerte.
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