sábado, 27 de agosto de 2011

El coleccionista

Drama psicológico del maestro William Wyler de 1965. Un coleccionista de mariposas que ha tenido la fortuna de que le toque la lotería está obsesionado con una chica que ni siquiera se ha fijado en él. Por casualidad conoce una casa con un sótano que le hace pensar en un plan. Decide secuestrarla para darle la oportunidad de que le conozca y pueda enamorarse de él. Evidentemente, los sentimientos que se van generando entre ambos son más que encontrados.
Se trata de uno de los más intensos y pausados dramas psicológicos que se han rodado jamás. Sólo hay una pequeña introducción antes de centrarse en la relación entre los dos protagonistas, secuestrada y secuestrador. No obstante, esa pequeña introducción ya sirve para presentarnos al psicópata y para ir dejando al espectador pegado al asiento. A partir de ahí, Wyler nos ofrece un retrato escalofriante de un enfermo y de su víctima, y la relación forzada que se genera entre ambos. Deja que sean los actores los que lleven todo el peso de la trama, siendo ellos los responsables en buena medida del resultado. Aunque la pareja protagonista está magnífica, Terence Stamp sobresale con una impresionante actuación llena de pequeños gestos y transmitiendo una enorme frialdad (y lucha interna, a veces) con su rostro y, muy especialmente, con su mirada. Samantha Eggar también realiza una buena interpretación con un papel nada fácil, pero no tiene tanta amplitud de matices como su compañero.
Inquietante cinta, muy sencilla en medios pero de buena calidad.

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