domingo, 6 de noviembre de 2011

Drácula

Película de 1958 dirigida por Terence Fisher. Un joven llega hasta el castillo del Conde Drácula para trabajar como bibliotecario, aunque la verdadera razón es intentar acabar con el vampiro. Pero fracasa en sus planes y cuando llega su amigo el doctor Van Helsing lo encuentra muerto. Cuando regresa a su casa para transmitir la noticia a sus familiares, descubre que su prometida está siendo víctima de los ataques de Drácula, por lo que decide quedarse para matarlo.
Exitosa y clásica versión de la novela de Bram Stoker, a todo color y mostrando la cara más terrible del vampiro, sin romanticismos ni otras florituras. Fisher nos trae una de las versiones más salvajes y terroríficas de este mito, con una excelente puesta en escena y un altísimo ritmo, concentrando toda la acción en menos de hora y media. Lo mejor es el duelo interpretativo de los dos protagonistas, dos extraordinarios actores: Christopher Lee y Peter Cushing. Están fantásticos en sus respectivos roles, destacando aún más el primero con su caracterización del vampiro. Otro aspecto sobresaliente es la fotografía Jack Asher, con colores muy vivos y hasta saturados y muy expresivos. El aspecto más débil es el guión de Jimmy Sangster pues no llega a profundizar más allá de la superficie de los hechos y podía haber conseguido más tensión en algunos momentos, pareciendo apresurarse a veces en la acción.
Clásica y de las mejores adaptaciones de Drácula.

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