Exitosa y clásica versión de la novela de Bram Stoker, a todo color y mostrando la cara más terrible del vampiro, sin romanticismos ni otras florituras. Fisher nos trae una de las versiones más salvajes y terroríficas de este mito, con una excelente puesta en escena y un altísimo ritmo, concentrando toda la acción en menos de hora y media. Lo mejor es el duelo interpretativo de los dos protagonistas, dos extraordinarios actores: Christopher Lee y Peter Cushing. Están fantásticos en sus respectivos roles, destacando aún más el primero con su caracterización del vampiro. Otro aspecto sobresaliente es la fotografía Jack Asher, con colores muy vivos y hasta saturados y muy expresivos. El aspecto más débil es el guión de Jimmy Sangster pues no llega a profundizar más allá de la superficie de los hechos y podía haber conseguido más tensión en algunos momentos, pareciendo apresurarse a veces en la acción.
Clásica y de las mejores adaptaciones de Drácula.
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