Claramente, no es una de las obras maestras de este genio pero se trata de una buena cinta de suspense psicológico. El maestro profundiza en algunos de sus temas predilectos, como los traumas, el sexo, las mujeres, etc., de una manera más directa y hasta violenta (como hiciera de nuevo en Frenesí) volviendo a elegir a una atractiva rubia como protagonista. Aunque intentó convencer a Grace Kelly, ya convertida en princesa, finalmente contó (otra vez, tras Los pájaros) con Tippi Hendren. En el reparto destaca un sobrio Sean Connery y algún secundario como Diane Baker y Alan Napier. El guión de Presson Allen, adaptando la novela de Winston Graham, es la principal debilidad de la obra al no crear una trama más interesante y ser, en general, bastante predecible un su desarrollo. Afortunadamente Hitchcock le saca todo el partido posible con su maestría con la cámara: alternancia de planos cortos y hasta de detalle, picados, hábiles movimientos de cámara, mostrar dos acciones a la vez, etc. Todo ello y junto con una estupenda banda sonora de Bernard Herrmann y fotografía de Robert Burks, hacen que la cinta supere con buena nota el reto que planteaba partir con un guión más bien del montón.
Buena cinta de suspense psicológico.
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