sábado, 28 de septiembre de 2013

El crepúsculo de los dioses


Película de 1950 dirigida por el maestro Billy Wilder. Un fracasado guionista malvive en Hollywood huyendo de los acreedores que quieren quitarle el coche cuando entra por casualidad en una lujosa y vieja mansión de las afueras. Aunque inicialmente cree que está abandonada, finalmente encuentra a un mayordomo y una señora algo mayor. Se trata de una vieja gloria del cine mudo que ha escrito una historia pensando en su regreso triunfal a la pantalla, así que le ofrece al escritor que la adapte en un guión. A pesar de creer que es una basura, acepta el trato para hacer un buen dinero de forma fácil. Pero la relación entre ambos va evolucionando de forma considerable e inesperada.
Mítico homenaje y ácida crítica a Hollywood y al Cine por el maestro Wilder, recogiendo la grandeza y miseria del gran creador de sueños, y la mejor (o de las mejores) muestra de cine dentro del cine. El extraordinario guión es obra del propio Wilder con su colaborador habitual Charles Brackett, con la original idea poner como narrador a un muerto, y que retrata al mundo del cine de forma muy realista (salen varios mitos como ellos mismos, incluso Cecil B. DeMille rodando realmente una película). Los diálogos reflejan el ingenio de estos dos maestros con algunas frases antológicas. Wilder cuida como nunca la parte visual, seguramente por las referencias al cine mudo, destacando una maravillosa dirección artística y de fotografía, y dejando escenas en nuestra memoria que son parte fundamental de este Arte. Otro aspecto que impresiona son las excelentes interpretaciones, en particular la de la exagerada Gloria Swanson que borda su papel de forma llamativa. También está perfecto Erich von Stroheim como el fiel mayordomo bienintencionado pero sólo alarga la agonía de la diva y la suya propia, y a buen nivel William Holden pero que queda algo ensombrecido por esos dos gigantes.
Imprescindible.

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