Película de 1990 dirigida por John McTiernan. A un analista de la CIA le llegan unas inquietantes fotos de la construcción de un submarino nuclear ruso con unos extraños agujeros en el casco. Eleva la cuestión a los superiores mientras descubre que se trata de un sistema de propulsión silencioso que le haría invisible ante los radares de la flota. La situación se complica cuando le informan que ya está navegando y sospechan que viene a la costa de los EE.UU. Aunque el analista piensa que el capitán podría estar pensando en la deserción, se va imponiendo la idea entre el cuerpo militar de que en realidad es un suicida que quiere comenzar la III Guerra.
Una de las mejores y más entretenidas cintas de submarinos (aunque no la más realista) con el incomparable fondo de la Guerra Fría (sólo hacía unos meses que había caído el telón de acero). Tiene suspense, acción y una estupenda trama de espionaje que hace las delicias del espectador. Es la primera adaptación a la gran pantalla del héroe creado por Tom Clancy, coincidiendo también con la primera obra que escribió sobre él. Donald E. Stewart es el encargado de adaptar la novela homónima en un buen guión que hace que la historia fluya de forma coherente y a buen ritmo, incluso con algunas notas cómicas. Tiene un buen reparto donde destaca el frío y determinado Sean Connery y le acompañan Alec Baldwin (posiblemente, el más flojillo de todos), Scott Glenn, James Earl Jones, Sam Neill, Tim Curry, etc. El sonido es excelente en general, al igual que la banda sonora del gran Basil Poledouris que nos deja algún himno inolvidable.
Magnífica aventura submarina.
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