Película de 2013 dirigida por Joel Hopkins. Un ejecutivo británico a punto de jubilarse se encuentra repentinamente con que su empresa ha quebrado porque ha sido absorbida por el grupo francés de un joven tiburón experto en estas operaciones. Todo su dinero y futuro estaban invertidos en la empresa, así que se queda en la ruina. Cuando lo cuenta a su ex-esposa se les ocurre robarle al ejecutivo francés un enorme diamante que ha comprado para su prometida para compensarles a ellos y otras víctimas.
Hopkins escribe y dirige una comedia muy ligera donde un exmatrimonio normal a las puertas de la jubilación se encuentra en una situación extrema y se les ocurre planear un robo perfecto. El argumento, aunque no se sostiene mucho, da para imaginar momentos cómicos. Y la película los tiene pero no van más allá de algunas escenas o chispazos simpáticos, pues el resultado general es bastante soso a pesar de que lo intenta arreglar una y otra vez. El guión carece de ingenio y la dirección parece que trata de imitar otras escenas de otras cintas, y tampoco ayudan las exageradas interpretaciones de sus protagonistas, especialmente el "amaderado" Pierce Brosnan. Su pareja, Emma Thompson, se ve más natural y mejor, así como Timothy Spall. Lo mejor son las bonitas localizaciones que emplea.
Comedia bastante floja.
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