Película de 2014 dirigida por Bennett Miller. El multimillonario John E. du Pont convence al campeón olímpico de lucha libre a que se traslade a sus inmensas instalaciones para formar parte de su equipo, el Foxcatcher. Es un aficionado y practicante de este deporte y quiere impulsarlo con su propia fortuna, además de intentar ser un inspirador para los deportistas. También se trae al hermano del chico como entrenador, pero la relación entre ellos se va torciendo y el deportista entra en una espiral depresiva.
Miller lleva a la gran pantalla el curioso caso del excéntrico millonario du Pont que se convirtió en mecenas de un deporte minoritario y que terminó la experiencia de una forma muy extraña. Trata la necesidad de reconocimiento y casi veneración que pueden buscar algunas personas, hasta el punto de desquiciarles. La puesta en escena está muy cuidada y es como si Miller quisiera mimetizar el ritmo y la historia al propio carácter del millonario. Esto puede hacer que el espectador la encuentre fascinante porque se sumerge en el personaje y la historia, o que la vea muy lenta y falta de tensión. Lo que es indudable es el gran trabajo que hacen los actores, especialmente a unos poco reconocibles Steve Carrell, Channing Tatum y Mark Ruffalo, Miller tiene el reto de contar algo que el público conoce y asume el riesgo de hacerlo con un estilo tan particular, lo que no deja a nadie indiferente.
Buena pero con un ritmo muy pausado.
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