Película de 2005 dirigida por Robert Schwentke. Tras perder a su marido en un accidente doméstico, una mujer decide regresar a su EE.UU. natal con su hija pequeña. Toman un avión nocturno en el que llevan el ataúd y que conoce a la perfección porque es ingeniera aeronáutica y trabajó en su diseño. Tras dormirse un poco se da cuenta que la pequeña ya no está junto a ella, así que la busca por el avión sin éxito. Empieza a ponerse nerviosa y se lo dice a la tripulación que, tras buscarla un rato, empiezan a pensar que la niña nunca subió al avión.
Entretenido thriller que tiene lugar en un avión transatlántico donde una madre que ha sufrido un severo trauma dice haber perdido a su hija en pleno vuelo. Schwentke crea una buena y tensa atmósfera y va subiendo poco a poco la intensidad hasta el final, no intentando alargar la historia más de la cuenta porque podría empezar a flaquear. Tiene una trama interesante y que engancha rápido al espectador, un desarrollo hábil aunque con alguna laguna que puede afectar su credibilidad, un buen ritmo y un reparto acertado. Cuenta con Jodie Foster, Sean Bean y Peter Sarsgaard que le dan solidez al relato, especialmente la primera. Es un buen entretenimiento si no se es muy crítico con las lagunas comentadas.
Entretenida y con buenos aspectos artísticos.
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