Película de 2004 dirigida por Michael Mann. Un taxista de Los Ángeles sueña con iniciar su propio negocio mientras trabaja otra noche más. Todo va según la rutina hasta que recoge a un aparente hombre de negocios que le pide llevarle a una dirección determinada y que le espere a que termine. Es un cliente generoso y no duda en hacerlo, sin sospechar que se trata del comienzo de una pesadilla.
Buen thriller con guión original de Stuart Beattie, aunque el propio Mann lo reescribió posteriormente, utilizando la frágil exposición de los taxistas en las grandes ciudades. Destaca por la atmósfera de tensión creciente así como el suspense que rodea la trama, con un estupendo duelo entre los personajes principales de la historia. Mann sabe imprimir el ritmo en cada momento para jugar con esos dos aspectos, la acción/suspense y el drama de los protagonistas. Tiene el gran acierto de no centrarse sólo en la acción y desarrolla con habilidad el carácter de esos protagonistas y la relación entre ambos. Éstos están bien interpretados por Tom Cruise y, especialmente, Jamie Foxx, además de contar con secundarios de la talla de Mark Ruffalo. En su contra tiene algún aspecto poco creíble y que el final es algo convencional.
Buena.
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