Película de 2001 dirigida por Charles Shyer. Francia, cerca del final del siglo XVIII, la monarquía es cada vez más impopular y crece el malestar del pueblo que ve cómo la realeza vive en una nube de derroche frente a su escasez general. Una joven condesa está obsesionada con recuperar las posesiones de su familia que le fueron arrebatadas por el rey cuando ella era niña con la excusa de que su padre estaba en contra de la monarquía. Intenta acercarse una y otra vez a la reina sin éxito, por lo que prepara un complicado plan para conseguirlo sin imaginar sus consecuencias.
Shyer cuenta la historia real de la joven Jeanne de Saint-Remy de Valois que a finales del siglo XVIII contribuyó al inicio de la Revolución francesa al provocar un escándalo con la monarquía. Como es habitual en estos casos, el relato no es del todo fiel a lo sucedido pero sí refleja el fondo de tan curioso episodio histórico. Pero el guión de John Sweet no aprovecha bien su potencial y parece escribir un producto para televisión, muy ligero y superficial. Destacan el vestuario y las localizaciones, teniendo también unas interpretaciones buenas en general. Shyer no termina de encontrar la adecuada perspectiva de la historia y divaga un poco en el estilo, lo que perjudica el resultado final, explicando el fracaso que supuso.
Interesante historia pero película sólo pasable.
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