Película de 1958 dirigida por el maestro John Ford. Tras cuatro mandatos seguidos como alcalde, el veterano político decide presentarse una vez más a la reelección. Parece que los candidatos de la oposición no tienen muchas posibilidades, especialmente un joven novato que apenas conocen. Pero hay varias y poderosas voces conservadoras en la ciudad que se esforzarán para echarlo del ayuntamiento y apoyan al joven desconocido, aunque saben que será difícil vencerlo por su populismo.
Interesante mirada que el maestro hizo al mundo de la política y que medio siglo después sigue bastante vigente aunque las cosas han cambiado mucho. Sin ser una de sus mejores películas constituye un interesante y bien realizado relato sobre la sociedad y, especialmente, la política. Como es habitual en Ford, lo mejor son los personajes que aparecen, profundos y llenos de matices. Contribuye enormemente que, además, la protagonice un gigante como Spencer Tracy y le acompañen actores como Basil Rathbone o Jeffrey Hunter. Tracy está estupendo en la piel del curtido político, paciente y sabio, y con unas circunstancias familiares no del todo agradables. Ford hace fácil lo que es imposible para muchos, convierte una historia mundana y sencilla en una interesante crítica sobre la sociedad y en una película buena y amena. Dirige brillantemente a los actores y retrata a la época y su sociedad con agudeza. Por algún extraño motivo no es muy conocida y merece ser reivindicada.
Muy buena.
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