Película de 2014 dirigida por Theodore Melfi. Una madre con su hijo de 12 años se muda a un nuevo barrio para alejarse de su exmarido, eligiendo una casa junto a un anciano gruñón y descarado. A pesar de ello y ante las necesidades imprevistas, éste acaba haciendo de canguro para el niño y, sin que la madre sospeche nada, le transmite unas enseñanzas poco ortodoxas. Pero el padre reclama su custodia y esa relación le puede perjudicar.
Melfi escribe y dirige esta entretenida cinta sobre la vida, las personas, los prejuicios y otras muchas cosas dramáticas, aunque utilizando una perspectiva cómica. Lo peor es que todo suena poco original y recuerda a otras cintas y personajes. Lo mejor es su reparto y algunas escenas en las que los diálogos se vuelven muy acertados e ingeniosos. Brilla especialmente el veterano Bill Murray en un papel que le encaja a la perfección y que aprovecha para lucirse en todos sus matices, su tradicional y famosa ironía junto con un lado dramático que también ha explotado en los últimos años. Le acompañan dos buenas actrices como Melissa McCarthy y Naomi Watts, junto al joven Jaeden Liebeher. Consigue hacer reír y emocionar, entretenida y no apta para menores, sólo con el lastre de la falta de originalidad.
Buena y bonita.
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