Película de 1980 dirigida por Martin Scorsese. Jake la Motta es un boxeador muy temperamental que tiene a su hermano como manager y una carrera que va en ascenso. Ambos sueñan con el campeonato mundial pero su carácter les juega malas pasadas y acabará teniendo graves consecuencias en sus vidas.
Scorsese lleva a la gran pantalla la vida de un boxeador que triunfó en los 60, Jake la Motta, que no era nada convencional en ningún aspecto. Aunque el mundo del boxeo es el marco de la historia, Scorsese hace una película muy personal centrada en la vida del protagonista a diferencia de otras cintas del mismo tema. Elige el blanco y negro para contarla y, sin duda, que le da una belleza y una nostalgia que acentúan la carga dramática que contiene. Todos los aspectos brillan con una calidad espectacular, pero destacan especialmente el soberbio guión de Paul Schrader y Mardik Martin, la preciosa fotografía de Michael Chapman, las increíbles interpretaciones y la magistral dirección de Scorsese. Se eligen algunas piezas de música clásica que acompañan a varias escenas, algunas a cámara lenta, que son de una belleza sobresaliente (y que el blanco y negro utilizado les va de maravilla). El director muestra algunas de las miserias humanas y cómo nos complicamos la vida triste e innecesariamente. Y sus protagonistas, Robert de Niro y Joe Pesci principalmente, están increíbles. El primero siempre será recordado por el enorme cambio físico que muestra durante la película, pero su actuación va mucho más allá y muestra uno de los mejores registros, por no decir el mejor, de su brillante carrera. Rápidamente fue reconocida y es justamente considerada como una de las mejores cintas de la época y del género.
Muy buena
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