Película de 2017 dirigida por Bill Condon. Bella es una joven que vive con su padre en un pequeño poblado en el que la consideran un poco rara porque le gustan los libros y rechaza como pretendiente al joven más apuesto del lugar aunque tonto y vanidoso. Un día va a buscar a su padre ya que el caballo regresó solo y lo encuentra en un enigmático castillo. Pronto descubre que está encantado y que al frente del mismo está una bestia, ofreciéndose para sustituir a su padre como prisionera.
Fruto de la moda de rodar clásicos animados, Disney decide hacerlo con uno de sus mayores éxitos de las últimas décadas, que fue la adaptación de la novela homónima de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. Aquella cinta animada marcó hitos por su belleza y calidad, así que decidieron hacer esta película lo más parecida posible a aquélla. Esto tiene su riesgo, como todo, y los aficionados pueden descubrir cómo hay escenas que no consiguen el mismo encanto. Es una megaproducción y la realización está hecha con mucho cuidado y calidad. Igualmente los aspectos técnicos sobresalen y se utiliza prácticamente la misma banda sonora de Alan Menken, garantizando así su gran nivel. El reparto reconocible está encabezado por la famosa Emma Watson que encaja bien en su papel, acompañada por Kevin Kline y Luke Evans, junto a los que sólo vemos al final como Emma Thompson, Ewan McGregor y Ian McKellen. Está hecha con muchos medios y cariño, promoviendo una dulce nostalgia en los adultos y encantando a los niños.
Buena.
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