Película de 1939 dirigida por el maestro John Ford. Una joven pareja recién casada en los inicios de la Guerra de la Independencia de los EE.UU. se traslada a una zona fronteriza para levantar una granja. Los inicios son duros para ella que procede de la ciudad pero con amor e ilusión van progresando. Pero la guerra se acerca a la zona donde viven y los colonos tienen que unirse al ejército del nuevo país para defender sus posesiones.
Adaptación de la novela homónima de Edwards D. Edmonds sobre la vida en la frontera de las colonias durante la Guerra de Independencia. A pesar de la importancia histórica de este hecho histórico, no abundan las películas sobre él. En este caso la trama no se centra en el conflicto bélico sino más bien cuenta el drama de una joven pareja que quiere crear una granja y que, además de todas las dificultades que entraña, se enfrenta a la crueldad y sinrazón de la guerra. El maestro mezcla romance y drama, añadiendo algunos golpes de humor magníficos y un episodio del conflicto. Como es habitual, muestra los detalles de la vida cotidiana de los protagonistas para acercarlos, con mucho acierto, al espectador. Se trata de su primera cinta en color y aprovecha este avance para mostrar la belleza del entorno y utilizar una gama de colores llamativos en algunas piezas del vestuario. Es muy entretenida con momentos de emoción y tensión con otros más románticos o dramáticos. Cuenta con una pareja de gigantes de este arte como protagonistas: Henry Fonda y Claudette Colbert. Es una delicia verlos en cualquier situación y más aún juntos, un placer para los cinéfilos, que también pueden disfrutar de secundarios legendarios como Edna May Oliver, Ward Bond y John Carradine.
Muy buena, un clásico poco conocido.
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