El director muestra con toda frialdad un ambiente sórdido reflejada en esa ciudad sucia y deprimente. La violencia, el sexo, el juego y las drogas son parte de ella. Va desenvolviendo muy adecuadamente la trama, con buen ritmo narrativo, hasta que descubrimos por qué y cómo su hermano fue asesinado. Cuenta con un estupendo final. El alma de la película es Michael Caine con una extraordinaria interpretación de una persona sin alma, sin sentimientos y con un cínico sentido del humor. Su rostro y, especialmente, sus ojos fríos e imperturbables son increíbles. El mayor inconveniente es que intervienen muchos personajes que son referidos por sus nombres y entre los que el espectador se pierde para seguir las investigaciones del protagonista.
Entretenida y buena muestra de este género en color.
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