sábado, 30 de julio de 2011

Crimen perfecto

Magnífica obra del maestro Alfred Hitchcock de 1954. Un matrimonio londinense recibe la visita del antiguo novio de ella. El marido era un antiguo jugador de tenis, arruinado ya y viviendo de la fortuna de su esposa. Sabe que el antiguo novio sigue enamorado de ella, y que mantuvieron ciertas relaciones un año atrás, por lo que teme que le pudiera abandonar y quedarse en la miseria. Para evitar cualquier riesgo, ingenia un plan perfecto para asesinarla y heredar todo el dinero.

Hitchcock vuelve a deleitarnos con otra “casi” obra de teatro, pues la trama se desarrolla casi por completo en un pequeño piso de Londres. Toda la fuerza la imprime el estupendo guión, las fabulosas interpretaciones y la genial mano del maestro del suspense. El guión de Frederick Knott parte de la premisa de que no hay crimen perfecto, y diseña un plan que lo parece para que luego las cosas no salgan como estaban previstas. Todo encaja a la perfección, tanto el antes como el después del asesinato, aplicando una lógica aplastante y poniendo un gran ingenio en las acciones de los protagonistas y sus diálogos. Los actores están muy bien, destacando un convincente Ray Milland en uno de sus papeles mejores y más conocidos y donde saca su flema inglesa para controlar con una gran frialdad todo lo que sucede; junto él luce la bella Grace Kelly con una actuación más modesta, John Williams dando vida al sagaz detective y Robert Cummings como el amante escritor. Pero es Hitchcock el que eleva la categoría del resultado con su tratamiento de los hechos, el mostrarnos todo, sus tomas cenitales y las de detalle de pequeñas cosas, el fantástico uso de sombras que transmiten una sutileza increíble, etc.

Imprescindible obra de suspense.

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