sábado, 9 de julio de 2011

Pasaporte para Pimlico

Comedia de los estudios Ealing de 1949 dirigida por Henry Cornelius. Tras la II Guerra Mundial en un pequeño barrio londinense los vecinos encuentran enterrado un tesoro con un tratado de siglos atrás que les otorga la independencia de la Gran Bretaña. Por ello y tras unas fallidas negociaciones con el Gobierno, los vecinos deciden poner fronteras y los británicos crean un estado de sitio para obligarlos a reincorporarse al reino.
Aunque sin ser una de las mejores comedias de estos estudios, tiene un buen nivel y nos hará pasar un buen rato. Va de más a menos, pues la primera mitad es ingeniosa y prometedora, pero parece que las consecuencias que se van generando de las medidas que toman les cierran posibilidades y caen excesivamente en la verborrea y flema británica. Tiene el mérito y valor de rememorar los años (que todavía estaban viviendo, aunque superando poco a poco) de la reconstrucción, racionamiento y hambre de la posguerra. El reparto es un acierto, con actores poco conocidos en el momento pero que alguno iría adquiriendo una fama relativa.
Interesante comedia británica.

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