Película de 1996 dirigida por Douglas Jackson. Harry Palmer ha montado un despacho de detectives privados en Moscú y recibe el encargo de buscar un cargamento de plutonio radioactivo que ha sido robado. Sus investigaciones le llevan hacia la mafia rusa, y el caso se complica aún más cuando la novia de su socio es secuestrada en San Petersburgo. El motivo parece tener relación con que su padre sea restaurador del Hermitage.
Se trata de la sexta aventura del agente británico encarnado por Michael Caine, siendo en esta ocasión un producto para la televisión Este hecho se nota enormemente por todos lados puesto que a pesar de que la trama tiene dos hilos conductores paralelos, su desarrollo es demasiado acelerado y no genera la intriga que potencialmente tiene. Igualmente ocurre con la forma de rodar, pues no transmite en ningún momento la intensidad de la historia y queda demasiado plana en general, así como una falta de profundidad en los personajes. Lo mejor queda en la presencia del veterano protagonista y la de Michael Gambon, pues tampoco sus compañeros (salvo alguna honrosa excepción) hacen un trabajo destacable.
Fallida aventura de espionaje.
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