Película de 2007 dirigida por Nikolaj Arcel. Dos hermanos y su madre se mudan a un pueblo costero esperando iniciar una nueva etapa. La hermana mayor intenta utilizar la tabla ouija y, sin quererlo, el hermano pequeño es poseído por un espíritu que explica que no quiere hacerle daño. Vivió en el siglo XIX y pertenecía a un grupo que luchaba contra el mal. Ahora el Nigromante que mataron ha vuelto y le quiere utilizar para encontrar los restos de un libro de magia. La chica y un amigo le ayudarán a evitar que se haga con él.
Arcel coescribe y dirige esta producción danesa para un público juvenil con tintes de suspense y hasta de terror y que llama la atención por los decentes efectos especiales que despliega. Sigue la estela de las sagas anglosajonas de brujos y espíritus que tanto éxito han tenido en la última década pero, lamentablemente, no se puede comparar a las mejores de ellas. El guión es bastante infantil pero su puesta en escena no lo es tanto y asustaría a los más peques, por lo que no es recomendable para menores de 8-10 años. Las actuaciones son también deficientes y no ayudan a que el espectador se involucre adecuadamente en la historia. No obstante, su público objetivo quedará enganchado gracias a la combinación de efectos especiales, acción y momentos impactantes. Tiene algún personaje muy bueno, como el espantapájaros, además de los mencionados efectos, por lo que con un poco de más talento en el guión se podría haber hecho algo mucho mejor.
Cinta de brujería para adolescentes.
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