Película de 2015 dirigida por Guy Ritchie. A principio de los 60 en plena Guerra Fría, la CIA y el KGB se unen para perseguir una organización nazi que se ha hecho con una bomba nuclear. Para ello, dedican a la misión a sus respectivos mejores agentes, aunque la desconfianza entre ellos será una complicación añadida. Juntos van a Roma con la sobrina del científico que lo ha hecho posible para eliminar el peligro que supone.
Ritchie adapta para la gran pantalla la exitosa serie de televisión de los 60 homónima creada por Sam Rolfe. Se trata de una pareja de espías de élite conformada por un agente de la CIA y otra de la KGB durante la Guerra Fría. Este punto de partida ya le confiere interés y, aunque la trama está bien, es su puesta en escena y tratamiento lo que la diferencia y destaca de la mayoría de cintas del género. La trama debería haberse trabajado más para que el apartado de investigación y suspense estuviese mejor cubierto, pero no es así. Sin embargo se le dota de un buen sentido del humor y, especialmente, un tratamiento pop y a lo Bond típico de la época pero poco común hoy en día. Todo el apartado visual está muy trabajado y es muy llamativo, así como el montaje, haciendo que haya escenas muy conseguidas. Como es habitual en la cinematografía de este director, la banda sonora juega un papel importante y aquí llama la atención por momentos de forma muy positiva. La pareja protagonista, Henry Cavill y Armie Hammer da la talla y encajan bien en sus roles, acompañados por alguna cara conocida como Hugh Grant. En conjunto, una película atractiva y bien realizada, muy entretenida y que con un guión mejor habría sido espectacular.
Buena
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