Película de 1988 dirigida por Richard Donner. Se acerca la Navidad y el máximo dirigente de una cadena de televisión quiere dominar la parrilla, estando dispuesto a lo que haga falta. Se muestra sin escrúpulos ante sus propios empleados y vergonzosamente tacaño para todos. Para su disgusto se le aparece su difunto mentor para decirle el grave error que comete al vivir así y para que se dé cuenta, le visitarán tres fantasmas: el de las navidades pasadas, el de las actuales y el de las futuras.
Otra adaptación del clásico navideño de Charles Dickens y que en esta ocasión se traslada hasta la actualidad en un mundo tan competitivo como el de la televisión. Es una comedia que se apoya en el carisma y dotes humorísticas de su protagonista, el histriónico Bill Murray, con un papel ideal donde puede desatar sus excentricidades. Es simpática en general y tiene algunos momentos bastante divertidos, pero no recomendable para los niños por un par de escenas con algún contenido sexual. Es un producto navideño sin más pretensiones y cumple el objetivo de entretener al espectador, sobre todo si le gusta el protagonista. Destaca el maquillaje y la intervención del legendario Robert Mitchum.
Simpática
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