Una de las mejores película de aventuras marinas de la historia realizada en 1952 por Raoul Walsh. Narra el intento de una condesa rusa de huir de un matrimonio arreglado por el zar para lo que quiere contratar un barco que le lleve a Alaska. Acaba enamorándose del conocido capitán Clark, "el hombre de Boston", pero no será nada fácil escapar del obstinado príncipe ruso.Walsh consiguió una auténtica joya del género de aventuras, dejándonos unos personajes absolutamente inolvidables como el mencionado hombre de Boston, el portugués, el esquimal, etc. Las escenas de las goletas en el mar son espectaculares, de las mejores que podemos ver. El argumento es interesante y es desarrollado con mucho ingenio, usando unos personajes que se mantendrán en nuestro recuerdo para siempre (no recordaba nada de esta película, pero enseguida identifiqué a los protagonistas porque permanecían aún en mi memoria tras muchos años). Aunque se toca un tema algo peliagudo como es el de la caza de focas, se hace con tacto y no se ve ninguna escena desagradable. El guión es de Borden Chase basado en la novela homónima de Rex Beach. Tiene una buena fotografía de Russel Metty, a pesar de la dificultad de algunas tomas. Los actores son excelentes, destacando a un escandaloso Anthony Quinn y al siempre elegante y caballeroso Gregory Peck.
Imprescindible para los amantes de las aventuras.
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