Película de 1938 dirigida por Norman Taurog. Un sacerdote decide construir un hogar para niños abandonados que acabarían siendo criminales. Cada vez quiere acoger a más, por lo que el proyecto acaba en toda una ciudad, aunque las dificultades financieras serán enormes.
Exitosa película de crítica y público que tuvo posteriores secuelas. Está basada en la historia real de La ciudad de los muchachos, una ciudad ideada y fundada por el padre Edward J. Flanagan. La trama es de por sí muy interesante, motivadora e inspiradora, y está contada de manera entretenida e interpretada muy bien. Se cuenta de una manera excesivamente bienintencionada y moralista, quitando innecesariamente parte de la credibilidad que tiene. Esto, no obstante, no empaña la narración y el espectador mantiene el interés. Además, la multitud de personajes hace que se pueda empatizar con seguridad con alguno de ellos. Encabeza el reparto un buen Spencer Tracy (que le valió un oscar a pesar de no ser uno de sus mejores trabajos, pues fueron muchos) y el irreverente Mickey Rooney.
Bonita historia real.
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