Película de 2004 dirigida por Roland Emmerich. Un climatólogo defiende en unas jornadas internacionales la necesidad de cuidar el planeta porque con el deshielo de los polos se está modificando el equilibrio de agua dulce y salada de los océanos que es lo que mantiene la corriente del Golfo. Ve el riesgo pero lo estima para dentro de varios centenares de años, lo que resulta ser un error porque al poco tiempo empiezan a detectar bajadas de temperatura muy significativas y rápidas en el Atlántico Norte. Paralelamente se empiezan a producir unas tormentas desconocidas hasta la fecha que hacen ver al científico que el desastre de una nueva Edad de Hielo está comenzando.
Emmerich ha rodado varias películas catastrofistas (ataques alienígenas, explosiones solares que cumplen la profecía maya,...) pero sin duda es ésta la mejor. Escribe con Jeffrey Nachmanoff un guión basándose en una historia creada por él inspirada en una teoría científica sobre el posible desequilibrio que se está generando en la proporción de agua dulce y salada en el Atlántico debido al deshielo producido por la subida de temperaturas del planeta. Emmerich explota con habilidad ese fondo, que lo hace bastante creíble gracias a la explicación científica, con una historia de padre e hijo que aporta el lado humano y sensible a la tragedia. Por supuesto que tiene muchas escenas límite y que suelen ser predecibles (aunque no todas), pero no por ello se rebaja la atmósfera de aventuras y tensión que el director imprime. Consigue captar la atención desde el inicio con una buena mezcla de intensidad, realismo, espectaculares efectos especiales y unos adecuados protagonistas (estupendos Dennis Quaid y Jake Gyllenhall, y muy bien acompañados por Ian Holm, Emmy Rossum,...). Cuenta también con una bonita banda sonora de Harald Kloser y Thomas Wanker.
Muy entretenida y bien realizada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario